HÉRCULES

 

Daniel Marín Arcones


 

 

    Esta constelación lleva el nombre del más famoso héroe clásico, sin embargo, parece fue denominada como tal en fechas bastante recientes.

 

Hércules (Cartes du Ciel)

 

Es significativo que Hércules (en griego Heracles) no fuese conocido en época de Arato, el cual la denomina simplemente “el arrodillado” (οκλαζων):

 

Allí mismo rueda una figura parecida a un hombre que se esfuerza; nadie es capaz de nombrarlo claramente ni decir por qué clase de trabajo está suspendido en el cielo, sino que simplemente le llaman “el Arrodillado”. Parece que en afanarse en algo dobla las rodillas; desde ambos hombros se elevan sus manos y se extienden los brazos en cruz. Tiene la punta del pie derecho1 encima de la cabeza del tortuoso Dragón.

 

                                   Fenómenos, 64-70

 

Notas:

1)       Desde Hiparco, es el pie izquierdo, ι Herculis.

 

    En tiempos de Arato parece que existían varias tradiciones paralelas relacionadas con esta constelación, lo que explica que se optase por una denominación neutra. Higino (Astronomía II,6) mencionará posteriormente hasta siete posibles relaciones, la mayoría héroes griegos: Ceteo, Támiris, Orfeo, Ixión, Prometeo, y el propio Hércules.

 

    Incluso Eratóstenes se desvía un poco de su habitual rotundidad a la hora de relatar los mitos de cada constelación:

 

Dicen que se trata de Heracles luchando con el dragón. Se lo reconoce con gran facilidad, pues se nos muestra arrodillado blandiendo su maza y con la piel del león enrollada. El mito cuenta que cuando vino a recoger las manzanas de oro de las Hespérides tuvo que matar a la serpiente que las custodiaba. <Hera la había destinado allí para que Heracles tuviera que luchar con ella>. Una vez que Heracles ejecutó este trabajo no sin gran riesgo, Zeus lo consideró digno de recuerdo, por lo que colocó su figura entre las estrellas. A un lado se destaca la cabeza en vilo de la serpiente, al otro su agresor presionándola contra una de sus rodillas, mientras que con el otro pie le aplasta la cabeza; en su antebrazo derecho extendido blande la maza con la que intenta golpearla, mientras que en el brazo izquierdo lleva enrollada la piel del león. Posee una brillante estrella sobre la cabeza, otra también de mucho brillo sobre el brazo derecho, una sobre la articulación de la rodilla, dos en la pierna, una sobre el pie, una en la mano derecha – la maza – y cuatro conformando la piel del león. Suman diecinueve.

 

                                   Catasterismos

 

    Es interesante destacar que Eratóstenes no menciona para nada a Atlas, tradicionalmente relacionado con el trabajo del jardín de las Hespérides (ver Draco).

 

El mito de Hércules:

 

    Heracles (Ήρακλης) es, como hemos dicho, el héroe griego más famoso de todos los tiempos. Los mitos y relatos asociados a él se cuentan por centenares, con lo que una narración exhaustiva de sus aventuras queda fuera de lugar en nuestro contexto, por lo que nos limitaremos a destacar sus hazañas más sobresalientes.

 

    Aparece en la obra de Homero y Hesiodo, aunque sin duda su origen se pierde en la era micénica, si no antes. Heracles es el arquetipo de héroe rudo, salvaje, que vence a sus oponentes por la fuerza bruta, por lo que se ha querido ver en su figura el prototipo del espartano, en oposición al héroe civilizado, Teseo, prototipo del hombre ático. La multitud de mitos en torno suyo ha hecho pensar que se trata de una figura que recoge los mitos de varios héroes más antiguos, lo que no es un fenómeno raro en otras mitologías. Diodoro nos habla de un Heracles egipcio, mientras que Cicerón menciona seis y Verrón nada más y nada menos que cuarenta y cuatro.

Su nombre parece que significa “gloria de Hera”, lo que llama la atención, pues esta diosa sería su enemiga mortal. Heracles era hijo de Alcmena, hija de Electrión, rey de Micenas, que estaba casada con Anfitrión, hijo de Alceo, rey de Tirinto. Tanto Electrión como Alceo eran hijos de Perseo, por lo que Heracles es bisnieto del famoso héroe. Zeus fue su padre, pues se unió a Alcmena tomando la apariencia de su marido. Esa misma noche, cuando el verdadero Anfitrión regresó, engendró al hermanastro de Heracles, Ificles. Como Anfitrión tuvo que exilarse, Heracles nació en Tebas, aunque siempre consideró la Argólide como su verdadera patria. Puesto que Zeus se jactó de que iba a tener un hijo que sería futuro rey de Argos, la siempre celosa Hera envió a Ilitía, diosa de los partos, para que adelantara el nacimiento de Menipe o Nicipe, esposa de Esténelo, también descendiente de Perseo, y retrasara el de Alcmena, por lo que Euristeo nació antes que su primo Heracles, quedando éste como su vasallo. Además Hera intentó asesinarle enviando dos serpientes a su cuna que el joven héroe estranguló sin problemas. Por otro lado, Zeus estaba decidido a que su hijo fuera inmortal, por lo que mandó a Hermes para que pusiese a Heracles en el regazo de Hera y, mientras ésta estaba dormida, pudiese beber de su leche. Hera se despertó bruscamente, desparramando la leche de su pecho, dando lugar a la Vía Láctea.

Un lugar central en el mito de Heracles lo ocupan los llamados “trabajos” ( άθλοι) o tareas, encargados por su primo Euristeo, rey de Tirinto, para expiar el crimen que Heracles había cometido al matar a sus propios hijos, fruto de la unión con Mégara (hija del rey tebano  Creonte), en un ataque de locura provocado por Hera. Tras cometer el crimen, dejó Tebas y fue a Delfos a que le aconsejasen la mejor forma de expiar su delito. Allí se le indicó que debía ir a Tirinto y servir a su primo por doce años.

 

    Según algunas tradiciones, entonces tuvo que abandonar su primer nombre, Alceo o Alcides (“desciendente de Alceo”). Los trabajos imposibles eran doce, que debía realizar en doce años,  obteniendo la inmortalidad como recompensa.

   

    Los trabajos están muy relacionados con la historia de muchas constelaciones, que se asociaron a las hazañas del héroe. Sin embargo estos trabajos aparecen en una fecha bastante posterior. Homero sólo menciona el de la doma de Cerbero, y Hesiodo el del gigante Gerión, la Hidra de Lerma (de donde viene el mito asociado a la constelación de Hidra) y el León de Nemea (de donde proviene el mito asociado a Leo).

 

Los trabajos aparecieron de forma detallada con los autores clásicos. Aunque su orden era más o menos el mismo, existieron algunas diferencias. Veamos los trabajos según los autores más famosos (tomado de Martínez):

 

Apolodoro

Higino

Diodoro S.

Ausonio

Servio

1.León

León

León

León

-

2.Hidra

Hidra

Hidra

Hidra

Hidra

3.Cierva

Jabalí

Jabalí

Jabalí

Jabalí

4.Jabalí

Cierva

Cierva

Cierva

Cierva

5.Augias

Pájaros

Pájaros

Pájaros

Pájaros

6.    -

Augias

Augias

-

Augias

7.Toro

Toro

Toro

Augias

-

8.Caballos

Caballos

Caballos

Toro

Caballo

9.Amazonas

Amazonas

Amazonas

Caballos

Amazonas

10.Gerión

Gerión

Gerión

Gerión

Gerión

11.Hespérides

Hespérides

Cerbero

Hespérides

Hespérides

12.Cerbero

Cerbero

Hespérides

Cerbero

-

 

La mayor parte de tratados sobre mitología clásica suelen seguir el orden de Higino, o bien el de Diodoro Siculo, lo que explica ciertas divergencias. Apolodoro no consideraba como trabajos el segundo, porque fue ayudado por Yolao, ni el quinto, pues recibió Heracles recibió un salario por él. Un resumen de los trabajos (según el orden de Diodoro) es el siguiente:

 

1.El León de Nemea:

Heracles mató a este prodigioso  monstruo que desolaba la región de Nemea y se vistió con su piel. Para una descripción detallada de esta historia, ver la constelación de Leo.

 

2.La Hidra de Lerna:

Este monstruo también fue muerto por el héroe. Ver Hidra.

 

3.El jabalí de Erimanto:

Euristeo ordenó a Heracles que trajese un jabalí de gran tamaño que vivía en los bosques de Erimanto o Arcadia. Lo persiguió durante horas, lo ató con cadenas (otras tradiciones hablan de una red) y se lo llevó a la corte de su primo, el cual aterrorizado por el animal se escondió en un caldero (o tinaja). Se dice que mientras perseguía al jabalí, Heracles mató a diez centauros. En el templo de Apolo en Cumas se exponían los supuestos colmillos del animal.

 

4.La cierva de Cerinia:

También denominada la cierva de Artemisa. Se trataba de un animal con pezuñas de bronce y cuernos de oro. Se suponía que era la única de las cinco ciervas que Artemisa había intentado capturar para engancharlas a su carro que había logrado escapar. Como Euristeo había ordenado que la trajese viva y que no la dañase para no incurrir en sacrilegio, Heracles hubo de perseguirla hasta el país de los hiperbóreos. Allí, mientras la cierva bebía en el río Ladón, le lanzó una flecha que le inmovilizó las patas delanteras sin derramar una gota de sangre. Otra versión difundida por Eurípides afirmaba que la cierva era un animal peligroso que asolaba las cosechas, por lo que Euristeo le ordenó que  la matase, tras lo cual depositó su cornamenta en el templo de Artemisa Enoatis.

 

5.Las aves del lago Estínfalo:

Rapaces que vivían cerca de este lago, situado en Arcadia, que se dedicaban a destruir las cosechas y matar a los viajeros. Heracles, con ayuda de unos címbalos de bronce entregados por Atenea, pudo espantarlas y, mientras volaban, matar a muchas de ellas con su arco. Según otras versiones, algunas huyeron al mar Negro, donde las encontrarían los Argonautas. Pausanias decía que esta historia estaba basada en aves reales, semejantes al ibis pero más grandes, que se criaban en Arabia. Una interpretación evemerista afirmaba que estas aves eran en realidad las hijas de un tal Estínfalo a las que Heracles mató por negársele hospitalidad.

 

6.Los establos de Augías:

Augías era un rey de Élide y tenía un rebaño de vacas fantástico, pero nunca había limpiado sus establos, por lo que gran parte de los pastos estuvo pronto cubierta por una capa de estiércol que hacía imposible las labores cotidianas. Heracles, por orden de Euristeo, acordó limpiar los establos en un día, recibiendo una décima parte del ganado si llevaba a cabo la proeza. Ayudado por su sobrino Yolao, desvió las aguas de los ríos Alfeo y Peneo, limpiando todo el estiércol. Como Augías se negó a pagarle, Heracles le declararía la guerra.

 

7.El toro de Creta:

Se trata del legendario toro que el rey de Creta Minos había rechazado sacrificar a Poseidón, por lo que éste había vuelto loco al animal, que se unió con Pasifae para concebir el Minotauro. Tras esto, el toro recorría la isla destruyendo todo a su paso echando fuego por las narices. Heracles lo dominó y lo llevó vivo a Micenas, donde Euristeo quiso consagrarlo a Hera, pero ésta se negó y el toro fue puesto en libertad, dirigiéndose a la llanura de Maratón.

 

8.Las yeguas de Diomedes:

Diomedes, rey de Tracia hijo de Ares y Pirene, poseía unas yeguas a las que alimentaba con carne humana. Sus nombres eran Podargo (“veloz”), Lampón (“resplandeciente”), Janto (“alazana”) y Deino (“terrible”). Heracles mató a su amo y se lo dio de comer, tras lo cual las yeguas se volvieron mansas y el héroe pudo unirlas al carro de Diomedes y llevárselas a Micenas, donde fueron consagradas a Hera. Otra versión posterior decía que Heracles había ido a Tracia con un ejército para derrotar a Diomedes. Durante la lucha, devoraron a Abdero, amigo de Heracles encargado de custodiarlas. En su honor, el héroe fundó la ciudad de Abdera, donde se celebraban unos juegos cada año en los cuales no había carreras de carros.

 

9.El cinturón de la reina de las Amazonas:

Euristeo quería regalarle a su hija Admete el cinturón que Ares le había entregado a Hipólita, reina de las amazonas. Con ayuda de algunos amigos, incluyendo a su sobrino Yolao, Heracles se dirigió a Escitia, y allí capturaron a Hipólita (según otras versiones a su hermana Melanipa), pidiendo como rescate el cinturón. Otra versión decía que Heracles simplemente mató a Hipólita para arrebatárselo.

 

10.Los bueyes de Geriones:

Gerión o Geriones (Γηρυόνης) era un gigante monstruoso, hijo de Crisaor y Calírroe (en otras versiones era un simple rey africano), que poseía fabulosos rebaños de bueyes custodiados por el pastor Euritión y su perro Orto (según otras versiones por un dragón) en la isla Eritía, situada en el Occidente, más allá del río Océano, cerca del hades. Para robar los bueyes por encargo de Euristeo, Heracles hubo de cruzar el océano a bordo de la Copa de Oro de Helios (el Sol), al cual había amenazado con sus flechas. Tras matar a  Euritión y Orto, se enfrentó a Gerión, que había sido alertado por el pastor del hades, Menetes. Tradiciones posteriores dicen que Heracles erigió las columnas que llevan su nombre como constancia de su hazaña. Tras traer los rebaños a Micenas, fueron ofrecidos a Hera. Este mito presenta una gran similitud con otro trabajo, el del jardín de las Hespérides. (ver constelación del Dragón).

 

11.El perro Cerbero:

Cerbero (Κέρβερος) era un perro monstruoso, hijo de Tifón y Equidna, y por lo tanto, hermano de otros monstruos como la Hidra de Lerma, el León de Nemea, el dragón Ladón, el perro Orto o la Quimera. Tenía tres o dos cabezas y una serpiente como cola, y guardaba la entrada al reino de Hades, el cual le indicó que podría llevárselo si lo dominaba sin usar las armas. Al bajar a los infiernos, se enfrentó con Medusa y Meleagro (primo de Cástor y Pólux), liberó a Teseo y Ascálafo (delator de Perséfone, que sería convertido en lechuza). Tras llevar el perro a Euritión, lo devolvió a su dueño.

 

12.Las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides:

Para una descripción detallada del mito, ver la constelación del Dragón.

 

Aparte de los trabajos, Heracles también realizó aventuras por cuenta propia, las llamadas empresas, πράξεις (guerras contra Troya, Augías y Esparta, la Gigantomaquia, la expedición contra Pilos y las guerras en tesalia). También tenemos las aventuras que tuvieron lugar durante la realización de los doce trabajos, los πάρεργα (lucha con los Centauros, expedición de los Argonautas, muerte de Euritión, resurrección de Alcestis…).

 

Tras realizar la mayor parte de sus aventuras, Heracles se casó con Deyanira (hija del rey Eneo). Tras matar accidentalmente a Éunomo, servidor de su suegro, se exilió otra vez. Después atravesó con una flecha el centauro Neso, por intentar violar a Deyanira, a la cual entregó Neso antes de morir una túnica envenenada con su sangre, diciéndole que con ella podría reavivar el amor de Heracles. Estando instalado Heracles en Traquis, se apoderó de la hija del rey Éurito. Deyanira, celosa, le ofreció la túnica. Debido a los terribles dolores, se arrojó al fuego. Deyanira, arrepentida se ahorcó y Zeus sacó al héroe de las llamas y lo llevó al Olimpo, donde le entregó la inmortalidad.

 

Como es sabido, los romanos asimilaron a Heracles bajo el nombre de Hércules desde tiempos muy remotos, quizás a través de los etruscos. Sin embargo, existen ciertas diferencias entre el Hércules romano y el Heracles griego. Hércules es una figura mucho menos violenta, más acorde al patrón de hombre civilizado, y aparece con frecuencia en compañía de las musas y de Apolo tocando la lira. Los romanos añadieron varias aventuras al mito, entre las que destaca la del ladrón Caco, al cual mata por haber robado algunos de los bueyes del rebaño de Geriones, que estaban escondidos en el monte Aventino. Además se casa con Fauna, de la que tiene un hijo llamado Latino.

 

 

    La constelación era conocida en Mesopotamia, donde se la denominaba Ekur, por el templo principal de Enlil en Nippur. En concreto, una parte e la constelación era denominada Dingir-tush-a (el dios sentado del Ekur) y Dingir-tub-a (el dios de pie del Ekur) Enlil era el dios supremo sumerio, por lo que muchos soberanos, como Sargón, se declaraban reyes por la gracia de Enlil y hacían ofrendas al templo de éste en la ciudad sagrada de Nippur (Nibru para los sumerios), llamado el Ekur, complejo de templos que incluía un zigurat.  En sumerio e2-kur quiere decir literalmente “casa o palacio de la montaña”, aunque en este contexto kur significa probablemente “infierno” o “mundo inferior”, el lugar rodeado, o que rodea (según las versiones), al abzu, el océano subterráneo que soporta la tierra habitada, territorio del dios Enki (Ea para los semitas). La relación de Enlil con el kur es que se había visto obligado a descender hasta allí por violar a su compañera Ninlil. Según la mitología sumeria, en el Ekur, Enlil había creado los me, los decretos de autoridad divina para extender las artes y la civilización, y allí se los había entregado a Enki, dios de la sabiduría. Aparentemente, también se consideraba sede de los me el templo Eanna (casa de An, o celeste), templo dedicado a An e Inanna ( Anu e Ishtar para los semitas) situado en Uruk (Unug para los sumerios). El propio Enlil estaba representado en la constelación del Boyero. Prueba del prestigio de este templo y la ciudad sagrada de Nippur es el hecho de que en plena época babilónica y asiria del primer milenio a.C., de donde proceden las referencias a esta constelación, siguiesen viendo el Ekur en las estrellas, pese a que Enlil no era el dios supremo ni de los babilonios ni de los asirios, lugar que ocupaban Marduk y Ashur, respectivamente. Ciertos autores afirman que esta constelación estaba asociada al mítico héroe mesopotámico Gilgamesh, pero lo cierto es que no hay evidencias directas de tal asociación, que parece más un intento por parte de estudiosos actuales de “mesopotamizar” al héroe Hércules, y por lo tanto la constelación que lleva su nombre.

 

Hércules en Mesopotamia

 

También hay ciertas referencias de su asociación con el dios fenicio por excelencia, Melkart (en fenicio significa “el señor de la ciudad”), pero no está claro si esta asociación es anterior o posterior a la tradición griega que veía en esta constelación a Hércules, héroe que, por otro lado, fue considerado por los fenicios el Melkart griego. Quizás la asociación de la figura del “arrodillado” con Hércules tuvo que ver con el hecho de que la constelación del Dragón es vecina de ella y el “arrodillado” parece que “pisa” la cabeza del Dragón, haciendo recordar el mito del jardín de las Hespérides, donde tuvo que matar al dragón que custodiaba las manzanas de oro. También, siguiendo esta línea de pensamiento, se ha querido ver en la relación entre Hércules y el Dragón alguna influencia de otras mitologías, como es el mito hurrito-hitita de la lucha entre el dios de la tormenta y el dragón, donde se narra el enfrentamiento entre un dragón y el Dios de la Tormenta hitita, el cual tuvo muchos nombres según la ciudad, pues el Imperio Hitita era muy sincrético en cuanto a religión se refiere, aunque a veces se le confunde con el dios de la tempestad Teshub, de origen hurrita. De todas formas no hay ninguna prueba que vincule claramente los mitos hititas, luvitas, khattis o hurritas con las constelaciones, salvo el hecho que Arato era Cilicio, región que estuvo bajo el dominio del Imperio Hitita, con el nombre de Kizzuwatna. A veces se relaciona a Hércules con Ofiuco, pues ambas figuras están en el cielo cabeza con cabeza, por lo que se ha querido ver en ambos los restos de una antigua tradición astronómica mediterránea. Roz Frank las relaciona con el mito de “Juan el Osito” (ver Osa Mayor y Ofiuco).

 

 

 

Nombres de las estrellas:

 

 

α Her (3.9m): Ras Algethi, del árabe antiguo Ras al Jathiyy, “cabeza del arrodillado”, aunque también fue conocida como Al Kalb al Ra’ai, “el perro del pastor”.

 

β Her (2.78m): Kornephoros, Rutilicus o Antilicus.

 

δ Her (3.14m): Sarin.

 

λ Her (4.41m): Maasym, que significa “comienzo de la mano”.

 

ω Her (4.57m): Kajam o Cujam.

 

 


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