Las nubes, la tormenta que se vé a lo lejos, el rastro que deja tras de sí, y sobre todo los bellos atardeceres desde el observatorio, son imágenes que quedan impresas en la retina y queremos compartir.Cuando el sol cae, se abren las puertas de la cúpula, se pone en marcha el telescopio, la cámara CCD, se comprueba que todo funciona bien, a la espera de las nuevas aventuras que nos depara una nueva sesión de observación.
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