Un
eclipse de Sol es uno de los fenómenos naturales más espectaculares; y
es algo que todos deberíamos ver en algún momento de nuestras vidas.
Cada
vez que la Luna nueva pasa entre el Sol y la Tierra se produce un
eclipse solar. Cuando esto sucede no siempre ocurre este fenómeno porque
la órbita lunar tiene una inclinación de unos 5 grados respecto a la Eclíptica
y la mayoría de los meses nuestro satélite pasa muy cerca del disco
solar sin llegar a ocultarlo. Los eclipses solares pueden ser totales,
parciales o anulares, según la proporción del Sol cubierta por el disco
lunar. Es una casualidad que el tamaño relativo de la Luna y del Sol sean
aproximadamente el mismo. El Sol es 400 veces más grande que la Luna,
pero resulta que ésta, está 400 veces más cerca de la Tierra que
nuestra estrella. Como nuestro planeta rota y la Luna se mueve, la sombra
lunar traza un camino curvo sobre nuestro planeta. Cuando la sombra llega
a la Tierra, es "muy pequeña", alcanzando un máximo de 270 Km
de ancho y por ese motivo, los eclises de Sol solo se pueden observar
desde lugares muy concretos.
Un eclipse total de Sol se desarrolla en
cuatro etapas; el primer contacto, el segundo contacto (principio de la
totalidad), el tercer contacto (fin de la totalidad) y cuarto contacto.
El eclipse se inicia con el primer contacto,
en el momento que el disco lunar toca por primera vez el solar. Sólo es
detectable a través de un telescopio debidamente preparado para la
observación solar. Durante la hora siguiente se desarrolla la fase
parcial. Al principio, apenas se observan cambios; y de repente se
aprecia una repentina "bajada" de la luz, la temperatura
ambiente comienza a descender y comenzamos a observar comportamientos
extraños en la fauna que nos rodea. Todavía es peligroso observar
directamente al Sol sin protección a pesar que nos parezca lo contrario.
Unos minutos antes del segundo contacto empiezan a producirse cambios muy
rápidos; el cielo se oscurece mucho, el aire se enfría y se levanta una
ligera brisa. A continuación, los últimos rayos solares logran pasar por
los valles lunares, dando lugar al fenómeno conocido como las
"perlas de Baily"; es posible que la última de éstas
"perlas" se mantenga durante un momento produciéndose el
conocido "anillo de diamantes". A continuación hay un destello
de luz sonrosada procedente de la cromosfera y comienza la totalidad. En
ese momento, se aprecian perfectamente los planetas y las estrellas más
brillantes; ahora podemos quitar los filtros. Podemos ver con claridad la
corona solar (la atmósfera del Sol). Con un telescopio podemos observar
en los bordes del la Luna fulguraciones solares. Cuando la totalidad esté
llegando a su fin, es recomendable tener a mano el filtro solar ya que se
producirá de repente un "estallido" de luz por el borde
oriental de la Luna, es el tercer contacto; el fin de la totalidad y el
cielo comienza a llenarse de nuevo de luz. A partir de ahora restará
todavía una hora para la finalización del eclipse, aunque para la mayoría
la observación ha terminado tras observar uno de los mayores espectáculos
de la naturaleza.
Observar el
Cielo II. David H. Levy. Ed. Planeta 1998
ECLIPSES
DE LUNA
Un
eclipse de Luna se produce cuando en un día de Luna Llena, ésta entra en
la sombra que produce la Tierra. Como sólo podemos ver la Luna cuando está
iluminada por el Sol, veremos que se oscurece gradualmente a medida que va
entrando en la sombra. En la sombra que produce la Tierra se pueden
distinguir dos partes. La umbra que es la región de sombra total,
y la penumbra, mucho más atenuada. Si la Luna entra por completo
en la umbra se produce un eclipse total de Luna, por el contrario si se
adentra en la penumbra se producirá un elcipse penumbrall de Luna;
mientras que si llega a adentrase parcialmente en la zona umbral, se
produce un eclipse parcial de Luna.
El momento
en el que el borde lunar comienza a tocar la umbra se produce el primer
contacto y señala el comienzo de la parte más espectacular del eclipse.
Antes de ello, durante la fase penumbral del eclipse, la Luna está en una
parte iluminada por el Sol, mientras que la otra se encuentra en la
penumbra.
Cuando la Luna entra por completo en la umbra se produce el segundo
contacto, y la Luna queda completamente eclipsada. El grado de
oscurecimiento que alcanza la Luna en un eclipse depende de varios
factores; si las regiones de la atmósfera terrestre que deben refractar
su luz a la umbra están muy pobladas de nubes, la Luna aparecerá más
oscura de lo habitual. También la presencia de grandes cantidades de
polvo en la atmósfera, por ejemplo procedentes de una erupción volcánica
(como ocurrió en el eclipse total de Luna tras la erupción del volván
Pinatubo en el año 1994), presentará un eclipse muy oscuro.
En función de la geometría del eclipse, la Luna tardará poco más de
una hora en llegar de nuevo a la zona penumbral, produciéndose el tercer
contacto. Una hora más tarde el limbo de la Luna se aleja definitivamente
de la penumbra alcanzándose el cuarto contacto y el final del eclipse.