LA MITOLOGÍA GRIEGA Y LAS CONSTELACIONES

Daniel Marín Arcones



HOMERO

Como hemos señalado, es en la obra de Arato en la que aparecen las constelaciones clásicas, algunas ya identificadas con mitos griegos. La base de la mitología griega se remonta como es sabido a las obras de Homero y Hesiodo. Homero vivió supuestamente en el siglo VIII o IX a.C. y sería eternamente famoso por ser el autor de La Ilíada y La Odisea, consideradas el fundamento de la cultura y mitología griegas. La Ilíada narra en veinticuatro cantos o 15.537 versos una parte de la guerra entre griegos (aqueos) y troyanos. La Odisea está constituida por otros tantos veinticuatro cantos y 12.000 versos, donde se narra la búsqueda de Ulises (Odiseo en griego) por parte de su hijo Telémaco, así como las diversas aventuras de Ulises para llegar a su patria en la isla de Ítaca. De la vida de Homero prácticamente no sabemos nada, lo que ha dado pie a diversas hipótesis que sugieren que se trata de una figura ficticia creada por los griegos para aglutinar varias obras clásicas bajo un mismo autor. Y es que no debemos olvidar que los griegos en la época de ambos autores eran analfabetos y que su obra se creó para la transmisión oral.

Homero

En la Odisea podemos leer:

            "Con aquel dulce viento, Ulises divino desplegó su velamen; sentado rigió con destreza el timón; no bajaba a sus         ojos el sueño, velaba a las Pléyades vuelto, al Boyero de ocaso tardío y a la Osa, a que otros dan el nombre del Carro y que gira sin dejar su lugar al acecho de Orión; solo ella de entre todos los astros no baja a bañarse al Océano. La divina entre diosas Calipso dejó dicho a Ulises  que arrumbase llevándola siempre a su izquierda."

                                    Odisea, Canto V  (269-277)

        Y en la Ilíada también aparecen referencias a constelaciones y astros, como la famosa descripción del escudo de Aquiles:

        "Eν μεν γαιαν ΄έτυξ΄, ΄εν δ΄ούρανόν, ΄εν δέ θάλασσαν, Ήέλιόν τ΄άκάμαντα Σελήνην τε πλήθουσαν, έν δέ τά τείρεα πάντα. τά τ΄ούρανος έστεφάνωται, Πληιάδας θ Ύάδας τε τό τε σθένος Ώρίωνος Άρκτον θ΄ην καί Άμαξαν έπικλησιν καλέουσιν, ή τ΄αύτού στρέφεται καί τΏρίωνα δοκεύει οίη δ΄άμμορός έστι λοετρων Ώκεανοίο."

        "(Hefesto) hizo figurar en él la tierra, el cielo y el mar, el infatigable sol y la luna llena, así como todos los astros que coronan el firmamento: las Pléyades, las Híades y el poderío de Orión, y la Osa, que también denominan con el nombre de Carro, que gira allí mismo y acecha a Orión y que es la única que no participa de los baños en el Océano."

                                        Ilíada, Canto XVIII (483-489)

o la mención a Sirio como perro de Orión:

                "El anciano Príamo fue el primero en verlo con sus ojos lanzado por la llanura, resplandeciente como el astro que sale en otoño y cuyos deslumbrantes destellos resultan patentes entre las muchas estrellas en la oscuridad de la noche y al que denominan con el nombre de Perro de Orión."

                                            Ilíada, Canto XXII (25-29)


HESIODO

Hesiodo vivió en el siglo VIII a.C. y sus obras más importantes fueron la Teogonía y Trabajos y días. En la primera, y como indica su nombre, Hesiodo nos explica el origen del mundo y de los dioses, intentando racionalizar el panteón heleno. En la segunda incluye varios mitos de carácter social o moral, algunos de ellos, como el de Pandora, serán fundamentales en la cultura griega. Hesiodo vivió aparentemente en Ascra, Grecia continental, aunque nació en Asia menor, un hecho de decisiva importancia porque pone de relieve la influencia de religiones y mitologías orientales en la base de la mitología griega. Trabajos y Días es una obra dedicada a su hermano Perses en la que trata temas muy diversos, entre los que figura la descripción de determinados astros según la época del año y sus relaciones con la agricultura y la vida diaria. Según Hesiodo, los antiguos griegos usaban la aparición de estos astros a la puesta de sol (orto heliaco) para marcar ciertas fechas del calendario agrícola.

En Trabajos y Días podemos encontrar diferentes referencias a astros y constelaciones:

        "Cuando después del solsticio Zeus cumpla sesenta días invernales, entonces el astro Arturo, tras abandonar la sagrada corriente del Océano, mostrándose por primera vez al anochecer se eleva."

                                   Trabajos y días, 564-567

            "Cuando Orión y Sirio lleguen al centro del cielo, y Aurora de rosados dedos vea a Arturo, Perses, entonces, corta y lleva a casa todos los racimos (...) y cuando se oculten Pléyades, Híades y la fuerza de Orión, entonces, después de recordar la labor propia de la estación, sumerge el grano en la tierra."

                                   Trabajos y días, 609-617

 


ORIGEN DE LAS CONSTELACIONES ACTUALES

        Desde el punto de vista de la arqueoastronomía  surge el problema de relacionar el cielo de época homérica con el de Ptolomeo. En la obra de Homero y Hesiodo sólo se mencionan unos cuantos astros como hemos visto: las Osas, también llamados carros, Orión, el Boyero y Arturo, Sirio, Pléyades, Híades y Sirio. El problema a estudiar, por tanto, es cómo "rellenaron" los griegos el firmamento con las constelaciones actuales.

         Para responder a esta pregunta, los arqueastrónomos han analizado las constelaciones de Ptolomeo. Y es que si se representan las constelaciones clásicas, éstas no están distribuidas teniendo como centro el polo celeste, sino que se hayan desplazadas. Sin duda esto es debido a la precesión de los equinoccios, lo que indica que las constelaciones de Arato fueron descritas en una época anterior. Los diversos estudios sobre el tema proponen unas fechas alrededor del 2000 -3000 a.C. (Ovenden), para una latitud de unos 36º N. En cuanto al lugar de origen, la cuestión es más complicada. Aunque muchos arqueoastrónomos  sitúan su origen en Creta (influidos por muchos escritores clásicos, como el propio Eratóstenes, que atribuía un origen cretense a las Osas), lo cierto es que desde el punto de vista histórico, tal hipótesis es difícil de sostener. Más probable parece situar su origen en la costa este del Mediterráneo, región habitada por los Fenicios (Belmonte), ya que por su posición geográfica estaban en contacto con la astronomía y mitos mesopotámicos, así como los procedentes de Siria, Egipto o Anatolia. Además son conocidos los contactos culturales entre griegos y fenicios en la primera mitad del primer milenio a.C., gracias a los cuales los primeros conocieron, entre otras cosas, la navegación de altura y el alfabeto. A este respecto conviene recordar que tanto Arato como Eudoxo eran originarios del sur de Anatolia, por lo que sin duda conocían las tradiciones astronómico-mitológicas de la zona, así como las mesopotámicas, sirias, cananeas y por supuesto, griegas.

    Está claro que para analizar el origen de las constelaciones hay que referirse obligatoriamente a la astronomía mesopotámica. De hecho, hasta hace poco se pensaba que Homero nos había transmitido el conocimiento astronómico griego autóctono más temprano y sin embargo muchos autores sugieren hoy una relación entre las referencias astrales de sus obras y las tablas Mul-Apin, en concreto, si comparamos la secuencia de astros que aparecen en la Odisea e Ilíada arriba citadas, con la que figura en las tablas Mul-Apin, se puede comprobar que son idénticas. Si además tenemos en cuenta que las obras de Homero se compusieron tras la redacción de estas tablas astronómicas, surge la posibilidad de que los creadores de estas epopeyas griegas tuviesen conocimiento de la astronomía mesopotámica.


BIBLIOGRAFÍA

ASTRONOMÍA MESOPOTÁMICA

HISTORIA DE LAS CONSTELACIONES


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